Alejandro Herrera Creel
Profesor Andrea Di Castro
Fotografía I
23/10/2013
“La Cámara Lucida” de Roland Barthes
Mas
que un libro que estudia y analiza la Fotografía en si; “La Cámara Lucida” de
Roland Barthes, es una experiencia personal del escritor. No solo nos habla de
su percepción personal sobre la Fotografía y la manifestación artística de esta,
sino que también es una narrativa que describe una experiencia tanto personal
como sentimental que reúne temas y conceptos como el recuerdo, la nostalgia, la
muerte y el rencuentro con su madre a través de este arte.
Haber
leído este libro fue una experiencia muy interesante pues me pareció una
especie de manifiesto sobre lo que realmente significa capturar un momento en
el tiempo y no solo eso sino capturar una realidad, un sentimiento y de cierto
modo la inmortalidad de alguien o algo como realmente es a diferencia de la
manera en la que el pintor o el escultor perciben y reproducen una imagen la
cual generalmente tiende a ser mas idealizada que real. Roland Barthes
describe: “La Fotografía no rémora al pasado…el efecto que produce en mi no es
la restitución de lo abolido(por el tiempo, por la distancia) sino el
testimonio de lo que veo ha sido”(Pagina 128) “La Fotografía tiene que ver algo
con la resurrección”(Pagina 129)
Barthes concibe una
percepción tanto espiritual como metafísica acerca de cómo puede lograr una fotografía
capturar y volver a transmitir aquella luz que alguna vez reflejo un objeto o
una persona para ser capturada por una cámara.
También, sentí
que este libro es una despedida de Roland Barthes ya que el prologo describe
que el escritor murió poco después de haber terminado el libro y aunque otros
ensayos, notas y libros fueron publicados después de “La Cámara Lucida”; la manera
en que Barthes toca el tema de la muerte y la relación de esta con la Fotografía
así como también, el reencuentro con su madre a través de la “fotografía del
Invernadero” me hicieron percibir que el ya tenia un cierto presentimiento de
que su muerte se aproximaba.
La
primera parte del libro es un análisis personal de cómo Barthes percibe la Fotografía.
Nos describe como la Fotografía se escapa de la clasificación de artes visuales
pues realmente captura las cosas como son: “…lo que la Fotografía reproduce al
infinito solo tendrá lugar una vez…Repite existencialmente lo que nunca mas podrá
repetirse”(Pagina 29.) Esto lleva al autor querer encontrar la esencia de que
era lo que le llamaba la atención sobre la Fotografía.
Barthes crea
su propio análisis sobre como la Fotografía opera en diferentes aspectos.
Primero, esta requiere de tres practicas fundamentales: el hacer, el
experimentar y el mirar. Nos dice que existen también tres elementos
fundamentales: el operator el cual es
el fotógrafo, el spectator que en si
somos todos aquellos que observamos los periódicos, las revistas, álbumes,
colecciones de fotos, etc. Barthes atribuye la creación de la Fotografía a los químicos
y no a los pintores, divide la Fotografía en dos ordenes que la hacen química
por la acción de la luz sobre ciertas substancias y física por la formación de
la imagen creada a través de un dispositivo óptico. La Fotografía del operator consiste en la visión y la Fotografía
del spectator consiste en la revelación
química del objeto.
Finalmente tenemos el spectrum de la fotografía el cual es el
sujeto o el referente así como también aquel o aquello que es fotografiado y
que produce el efecto de la imagen, esto teniendo que ver con el sujeto mirado
y el sujeto mirante. Barthes nos habla de cómo un sujeto cambia cuando sabe que
esta siendo observado lo cual lleva al sujeto a posar haciendo que este se convierta
en alguien mas y ya no en la persona que realmente es. Es interesante cuando describe que el
quiere ser fotografiado como quisiera verse; como un retrato pintado de una
manera idealizada y manifiesta que le gustaría poder ver y repetir la foto
hasta sentirse que esta se ve como el lo desea. A mi manera de verlo; predice
un poco la manera digital de tomar fotografías hoy en dia pues, actualmente
muchas personas posan y toman varias fotos de ellos mismos(las cuales se llaman
selfies) hasta lograr la imagen
deseada.
Como
spectator, a Barthes solo le
interesaba cierto tipo de Fotografía por sentimiento, podía descartar varias fotografías
y se quedaba con aquellas que realmente le interesaban y que se quedaban
marcadas en el como una herida: “…veo, siento luego noto, miro y pienso…” También
describe que necesita encontrar un sentido de aventura en la Fotografía,
necesita la insurrección del momento; La Fotografía como testimonio político o
como un cuadro histórico, la realidad que se vive. Esto lleva su análisis a dos
observaciones importantes en una fotografía: El Studium y el Punctum.
El Studium es el gusto y la aplicación de alguien o de algo y es en
si, inconsecuente ya que se deja llevar por un “me gusta/no me gusta.” Su función
es informar, representar, hacer significar o dar ganas. El Punctum tiende a ser algo mas especial y para Barthes es clave en
una fotografía ya que representa justamente lo que en el crea una herida, es un
pequeño detalle en la foto que se expande y punza. Barthes lo describe como
aquella casualidad que despunta a la fotografía, es el punto en efecto. Cuando
esto sucede, Barthes lo describe como una “fotografía urinaria” en donde se
crea un choque fotográfico el cual transforma la realidad sin desdoblarla. La
sola presencia de este detalle hace que el resto de la fotografía cambie. En
este caso el Studium esta siempre
codificado y el Punctum no lo esta
pues lo describe como una pequeña explosión en expansión: “En el fondo- o en el
limite para ver bien una foto vale mas levantar la cabeza o cerrar los
ojos”(Pagina 93)
En
la segunda parte y final de su libro, Barthes habla sobre su madre y su
reencuentro con ella. “La foto del Invernadero” a la cual se refiere
constantemente, es aquella fotografía que captura la esencia de la madre de
Barthes. Esta foto remonta a todo lo que para el significaba su madre, la
tristeza que su muerte había producido en el. Cuando su madre muere, Barthes confesa
que pierde la esperanza de vivir y el terminar “La Cámara Lucida” se convierte
en una de sus únicas finalidades. Esta fotografía es lo que lo lleva a buscar
en si, la naturaleza de la Fotografía.
Algo que realmente me
intereso de esta segunda parte fue su descripción sobre la luz y como esta
viaja desde el reflejo de lo fotografiado hasta llegar a una fotografía, la
manera en la que describe “La fotografía del invernadero” es realmente poética:
“…la Fotografía del Invernadero, por descolorida que este, es para mi el tesoro
de los rayos que emanaban de madre siendo niña, de sus cabellos, de su piel, de
su vestido, de aquel día.” Barthes describe que no le
agradan los colores pues cree que en el blanco y el negro se encuentra la esencia
de la luz.
Finalmente
habla de un tercer Punctum el cual va
mas allá de un pequeño detalle, este tiene que ver con la intensidad y el
tiempo, el énfasis del “esto-ha-sido.” Este Punctum
representa lo que esta por suceder en la fotografía y que al mismo tiempo ya ha
sucedido en el tiempo real: “Esto ha muerto y esto va a morir.” Barthes
describe entonces a los fotógrafos de hoy en día como “Agentes de la Muerte”
pues esta(La muerte) tiene que perdurar de algún modo; si no esta presente a través
de lo religioso lo tendrá que estar en la imagen que produce la muerte al
querer conservar la vida.
Barthes
finaliza “La Cámara Lucida” hablando de la identidad y de cómo se perciben
aspectos que no vemos cuando vemos las cosas en la realidad. Cuando se trata de
fotografiar objetos solo concierne a la realidad, pero cuando se fotografía a
una persona se captura la esencia. Barthes habla sobre un cierto “aire” el cual
puede ser capturado solamente cuando se retrata a una persona y la mirada que
percibimos no es la misma que percibimos cuando vemos la imagen capturada a través
del cine ya que esta es ficticia. La mirada fotográfica es retenida por algo
interior.
Barthes describe como la
sociedad se empeña en sentar cabeza a la Fotografía a través de dos medios: El primero
consiste en hacer arte de una fotografía y el segundo en generalizar las
imágenes y relacionarlas con otras pues la Fotografía contiene una cierta
demencia que otras artes no tienen. Cuando no hay demencia alguna en la Fotografía,
esta puede ser un arte y al ser una imagen generalizada, des-realiza
completamente el mundo humano de los conflictos y los deseos con la excusa de
ilustrarlos. De acuerdo a Barthes, la Fotografía puede ser cuerda si su
realismo no deja de ser relativo o loca si presenta el realismo absoluto.
Finalmente es el quien decide como ver la realidad de cada fotografía.
Creo
que este libro realmente transmite una concepción acerca de lo ilusoria que
puede llegar a ser la realidad para cada uno de nosotros, dependiendo desde que
punto la veamos y la visión y el efecto que podemos llegar a crear a través de
este medio. La Fotografía nos puede llevar a ver la realidad tal y como es o
revertirla para desaprender lo que ya sabemos, nos puede llevar en una sola dirección
o en varias otras direcciones lo cual me hace pensar en el ultimo grito o
sentimiento que Barthes expresa sobre la Fotografía; la piedad y la demencia
que le producía querer encontrar esa naturaleza y que lo lleva a esta
percepción ilusoria de la realidad: “La Fotografía se convierte entonces para
mi en curioso medium, en una nueva
forma de percepción, verdadera a nivel de tiempo: Una alucinación templada de algún
modo modesta, dividida(por un lado no esta ahí por el otro sin embargo ha sido
efectivamente) una imagen <<demente>> o <<barnizada>>
de la realidad.”